Presa de la esclerosis, a mis 21 años, perdí la sensibilidad en la parte izquierda del cuerpo, y la visión me fallaba.

—Tienes una enfermedad que no tiene cura, pero te vas a poner bien.  —Me dijo el doctor.

—¿Lo que tengo no tiene cura, pero me voy a poner bien? —Pensé que era contradictorio, pero no lo es.

No vas a poder curarte – esto significaría alterar tus genes para que dejen de contener las predisposiciones que ahora te convierten en paciente. Esas son parte de lo que no puedes controlar.

Pero, SÍ vas a poder sanar.

Sanar significa diseñar tu entorno para que las predisposiciones que ahora te hacen la vida imposible, vuelvan a la sombra y tu enfermedad esté desactivada.

Sanar significa que podrás deshacerte del suplicio que supone la fatiga crónica, la perdida de la sensibilidad, la pérdida de movilidad, o cualesquiera que sean los síntomas que conforman tu batalla. 

Sanar significa comprender que, aunque haya aspectos de tu enfermedad fuera de tu control (tus genes), hay otros que dependen de tus decisiones (la expresión de estos genes), y que, por tanto, recuperar una vida plena es una posibilidad – si aprendes cómo hacerlo.

Tras algo más de un año implementando este método integrativo, comencé a sanar, y revertí al 100% mis síntomas. La causa de esta mejoría es lo que te ofrezco en este libro: mi método integrativo.

Te traigo años de lucha, de investigación, de mejoría, y también de recaídas, que ahora forman herramientas con base científica que harán que tus síntomas desaparezcan o mejoren.

Empuñando estas herramientas podrás conjugar algo más que los verbos “sufrir” y “luchar”. Vivirás la vida – eso que antes temías perder de forma prematura – no solo como el guerrero o guerrera que nunca dejarás de ser, sino como una persona que, como recompensa a su bien guiada valentía, ahora también experimenta placer y significado.

Te lo aseguro, no todo son lágrimas – Sanar Es Posible.

Mis pacientes y yo somos la prueba.