En autoinmunidades, la cosa se vuelve complicada (13)

En general, se ha visto como la cafeína tiene efectos antiinflamatorios en los diferentes mensajeros químicos que el sistema inmunitario utiliza como la interleuquina 10 y el factor de necrosis tumoral Alpha. Es decir, tiene efectos inmunosupresores naturales lo cual nos puede beneficiar mucho, pero no todo es sencillo en el sistema inmunitario.

Los hallazgos apuntan a que el consumo de café aumenta el riesgo de padecer artritis reumatoide y diabetes tipo 1. En lupus, habría que tener cuidado ya que podría tener un pequeño efecto negativo en el agravamiento de síntomas. Mientras que, por el contrario, tiene un efecto protector en los síntomas de esclerosis múltiple, hepatitis autoinmune, colangitis esclerosante primaria, colitis ulcerosa y enfermedad de chron. En otras autoinmunidades como psoriasis o la colangitis biliar primaria no se han visto relaciones significativas.

En diabetes tipo 1 se vió como el café reducía la sensibilidad a la insulina, y también hacía que los episodios de hipoglucemias fueran más probables, algo que NO queremos. También, se vió como el café reducía la eficacia del metotrexato, un fármaco muy utilizado en autoinmunidades como la artritis reumatoide y adicionalmente, reducía la absorción de la levotiroxina en pacientes con tiroiditis de Hashimoto. Algo que no queremos y, de hecho, la cafeína reduce la producción de hormonas tiroideas T3 y T4, algo que NO queremos en hipotiroidismo autoinmune.

En pacientes celiacos, el café puede tener una reacción cruzada con los anticuerpos anti gliadina y agravar los síntomas.

En pacientes con hipertiroidismo autoinmune (enfermedad de Graves) habría que tener cuidado por el efecto estimulante de la cafeína. Ya que los pacientes ya suelen padecer insomnio, ritmo cardiaco acelerado y presión arterial elevada.

Y en cuanto a otras autoinmunidades como la esclerodermia, síndrome de Sjögren y síndrome de Behçet no se han llevado a cabo estudios científicos.