🦠Microbiota y Enfermedades Autoinmunes (2 pasos claves)
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¿Qué es la microbiota?
Si viéramos la vida desde la escala más pequeña, observaríamos como las células se agrupan, y trabajan juntas, para formar seres vivos. Algunos de estos seres vivos son tan simples que sólo tienen una célula, mientras que otros, como los seres humanos, se componen de miles de millones de células.
Los organismos, por muy complejos que sean, como lo somos los seres humanos, no son autosuficientes, sino que necesitan de relaciones con el resto de seres vivos. Tu microbiota se compone de organismos más simples, principalmente bacterias, virus, e incluso hongos que se agrupan, pero que tampoco son autosuficientes.
Seguro que has visto, en la sabana africana, a los típicos pájaros que se posan sobre los rinocerontes para desparasitarlos.
A esta relación, beneficiosa para ambos organismos, se le conoce científicamente como simbiosis, y comúnmente, como tener un buen amigo. Esta es, exactamente, la relación que mantienes con tu microbiota intestinal, y el motivo por el que es tan importante para tu enfermedad autoinmune.
En esta simbiosis, tú aportas refugio y alimento, y a cambio, tu microbiota:
🔴 Ayuda en la maduración de tus células inmunitarias
🔴 Previene el desarrollo de patógenos al robarle los nutrientes
🔴 Y regula la producción de neurotransmisores TAN importantes como la serotonina.
MICROBIOTA Y ENFERMEDADES AUTOINMUNES: maduración de células inmunitarias
Las células de tu sistema inmune, igual que las personas, nacen como seres no especializados. Según se van desarrollando, las células se convierten desde células madre a células hija, o en células especializadas, que llevarán a cabo funciones cruciales para tu salud, como la de defenderte contra patógenos.
Tenemos unos 200 tipos de células especializadas, dentro de las cuales, 8 tipos son parte del sistema inmune. Estas, como hemos dicho, tienen que especializarse, lo cual significa que tienen que aprender por una parte a reconocer patógenos, y por otra, a luchar contra ellos.
Cuando decimos que las células necesitan madurar, nos referimos a que necesitan llevar a cabo este aprendizaje. Una microbiota intestinal equilibrada es una buena escuela para las células de tu sistema inmune. Aquí aprenden a reconocer y a atacar microorganismos perjudiciales para tu salud.
Mientras que una microbiota intestinal desequilibrada, es una escuela de mala calidad. No enseña a las células de tu sistema inmune, como los linfocitos T, qué microorganismos constituyen una amenaza. Como consecuencia, estas células terminan por ser ignorantes, por lo que pueden confundirse y reconocer tu propio cuerpo como una amenaza.
Además, la microbiota es inmunomoduladora, lo que significa que determina qué tipo de células van a pasar a formar el batallón de tu sistema inmunitario. Por ejemplo, ciertos microorganismos de tu microbiota producen ácidos grasos de cadena corta, lo que fomenta el crecimiento de una célula inmunitaria concreta: los linfocitos T reguladores.
¿De qué depende que tu microbiota intestinal esté sana y sea una escuela de calidad para tus células inmunitarias?
En gran medida, de tu dieta. Quédate hasta el final, que te cuento qué debes comer para fomentar una microbiota intestinal equilibrada.
MICROBIOTA Y ENFERMEDADES AUTOINMUNES: robo de nutrientes
Los microorganismos que componen tu microbiota son, como hemos dicho, simbióticos: mantienen una relación beneficiosa con el resto de tu organismo. Otros microorganismos, sin embargo, son patógenos: perjudican tu salud. Los simbióticos y los patógenos compiten por los mismos recursos para sobrevivir y reproducirse. Cuando tu microbiota está equilibrada, le roba los nutrientes a los patógenos, haciendo que estos no puedan crecer. Además, la microbiota induce la secreción de péptidos antimicrobianos, que actúan como una especie de mata-mosquitos contra los patógenos. Sin embargo, una microbiota desequilibrada no es capaz de robarle los nutrientes a los patógenos, y tampoco produce suficientes péptidos antimicrobianos, lo cual es fatal para la autoinmunidad.
Si tienes una enfermedad autoinmune, tu respuesta inmunitaria tiende a la sobre activación. Es por eso que muchos de los medicamentos que se recetan son inmunodepresores: pretenden dormir el sistema inmune.
Por una parte, la inmunodepresión previene daños, porque no se producen ataques contra tu propio cuerpo. Pero, por otra parte, si entra algún patógeno, el encargado de luchar estará echándose una siesta inducida por fármacos como el metotrexato que se puede llegar a recetar para tratar el lupus o la artritis reumatoide.
Si estás tomando medicamentos que duermen tu sistema inmune, pero tienes una microbiota que no le roba la comida a los patógenos, estos crecerán y supondrán un mayor riesgo, porque no habrá un sistema inmune despierto que luche contra ellos.
Por otra parte, si no estás tomando fármacos inmunodepresores y tienes una enfermedad autoinmune, tu sistema inmunológico, como hemos dicho, tiende a la sobre activación. Podríamos decir que es como un francotirador de gatillo fácil. Si además de esto, tu desequilibrada microbiota fomenta el crecimiento de patógenos, este francotirador sobreexcitado tendrá todavía más trabajo, por lo que habrá más probabilidades de que te termine por disparar a ti.
MICROBIOTA Y ENFERMEDADES AUTOINMUNES: producción de neurotransmisores
El 80% de los pacientes con enfermedades autoinmunes sufren de estrés descontrolado. El estrés está especialmente ligado a trastornos como la ansiedad y la falta de sueño que, a su vez, se deben parcialmente a deficiencias en la producción de serotonina.
¿Y adivina quién se encarga de producir parte de esta serotonina?
Tu microbiota.
Aunque pueda parecer extraño, una forma de reducir la ansiedad, mejorar el sueño, y por ende el estrés que empeora las enfermedades autoinmunes, es tener una microbiota intestinal sana.
¿Cómo lo puedes conseguir?
Incorporando a tu dieta:
PREBIÓTICOS Y PROBIÓTICOS
Tener una microbiota sana significa equilibrar las especies de microrganismos de que habitan tu tubo digestivo.
Para ello, debes consumir prebióticos contenidos, por ejemplo, en la cebolla, en las hortalizas de hoja verde, el ajo, las alcachofas, o el plátano verde. Estos prebióticos NO son digeribles por tu aparato digestivo, PERO son el alimento de tu microbiota. Fomentan el crecimiento de cepas de bacterias beneficiosas como el lactobacillus y bifidobacterium. Si no consumes prebióticos, estas bacterias no tendrán nutrientes.
Los probióticos, por otra parte, son microorganismos vivos contenidos en alimentos como, la kombucha, el kéfir, el kimchi, y el chucrut. El lactobacillus y la bifidobacterium son algunos de ellos.
EN RESUMEN
Así que, recapitulemos con los siguientes 5 puntos:
🔴 Hay que ir más allá del tratamiento farmacológico para conseguir los mejores resultados
🔴 Tu microbiota se encarga de enseñarle a tus células inmunitarias a diferenciar entre lo propio y lo extraño
🔴 La microbiota previene el crecimiento de patógenos. Algo clave tanto si tomas fármacos inmunodepresores como si no lo haces
🔴 La microbiota regula la producción de serotonina, la cual ayuda a reducir la ansiedad y a mejorar el sueño
🔴 Puedes mejorar tu microbiota comiendo pre y probióticos,
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Como siempre, las fuentes e encuentran en la descripción del vídeo de YouTube correspondiente a este artículo.
¡Nos vemos en el siguiente artículo!